La novela avanza lenta. Estos dos meses he estado inmersa en otros dos proyectos que han hecho que el
tiempo se convirtiera en minutos que se escapan entre los dedos, pero llevo ya semana y media entregada de nuevo a tope.
Ya son 70 páginas de word, 140 de un libro más o menos, (dicho así no suenan mucho pero ya lo creo que son!!) las que se agolpan llenas de palabras para formar una historia que ha ido cambiando a veces, pero permaneciendo fiel a la idea inicial.
Su momento son las mañanas. Me recluyo en la biblioteca, o en una cafetería como veis en la foto. Rodeada de libros por todas partes, mejor no se puede estar. Saco mi cuaderno, mi boli, ahí tengo mi esquema, mis ideas, los tramos (hay que seguir un orden en algún lado para no perderse) y me dejo llevar por lo que los personajes han ido haciendo en mi cabeza cuando yo estaba pensando en otra cosa.
Creo que lo mejor de todo esto es que la historia te acompaña día y noche, te mece cuando hace frío, te sacude cuando estás dormido. Ver como evoluciona es alucinante. Ella solita, en mi cabeza.
La parte más difícil es plasmarla. Plasmarla con estilo, con gusto, con sentido, con esencia, con ritmo. Muchas veces vuelves la vista atrás y te das cuenta de que las palabras no suenan, no brillan, no representan lo que tu querías. Pero lo importante e ir avanzando. Después... queda mucho tiempo para corregir. Y ya tengo una correctora profesional en camino ;)
Me siguen preguntando ¿Pero de que trata? Y la verdad es que sería malísima para dar una reseña de la historia. Podría decir... "Ocurre en Madrid, porque la protagonista tiene que ir allí a buscar algo, pero en realidad la historia viene de antes". O "Es una elogio a las antiguas profesiones, a la lentitud, a la escritura, a las tradiciones", pero también acertaría si dijera "Al final todo tiene un sentido, porque las vidas son así, vas haciendo cosas y con el tiempo casan las piezas" Y si me preguntan por una razón diría: "Los abuelos... que son los mejores" ;)
Una de mis abuelas no lo sabe, pero su testarudez me dio ideas para parte del guión. Y lo demás... fruto de la imaginación, con toques de realidad biselada, porque coger retazos de lo que veo es una de mis especialidades, e inventarme sus historias es otra.
Sin ir más lejos, esta mañana en la cafetería he hablado con una chica, una chica griega que estaba discutiendo con su novio, que se ha levantado y se ha pirado y la ha dejado ahí sentada, con los ojos cerrados y las manos en la frente. Cuando ha realcionado y he conseguido su mirada le he dicho: Are you ok? Y nos hemos puesto a hablar. Pues así salen muchas veces las historias, un poco de realidad, un poco de ficción. Resultado: recuerdos de historias no vividas, como siempre.
Ah! por cierto. ya tengo el título de la novela. Pero eso... todavía es secreto, Sólo dejo una pista, quizá un jeroglífico. Esto. A ver quién lo acierta ;)